Callar


La Toba (Cuenca), mayo 2009

Hay cosas que no se dicen,
aunque de ellas se habla.
Sentimientos que se ven
aunque el pudor los oculte.

Aun así, está el pudor
en la mirada de quien actúa,
un sentimiento obstinado
que, aunque lo intentes, no se va.

Distinguir noche y amanecer,
dolor y experiencias…
una aventura que se calla,
de la que a veces se habla.

Lo que vivo, veo, distingo
desde mi atalaya
en mi caverna se amaga,
visible solo para mí,
visible solo para mi alma.

Sentirme completo
solo en mi compañía,
cómodo en mi propia piel,
contento con las cartas
repartidas por el destino.

Mi corazón no dice,
aunque nunca calla.

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