Retorno
Limburg an der Lahn (Alemania), octubre 2016 Nunca es igual el río que fluye a tu lado y acompaña tu aliento. Nunca igual los días, en los que vas de pasado a presente a futuro. Nunca es igual la luz que te saluda al alba y te despide al ocaso. Por similares que parezcan, nunca un beso, una canción, un deseo, un amor serán iguales siempre. Porque, aun siendo igual tu nombre y tu alma, tampoco tú eres igual hoy que aquel que ayer se fue a dormir.