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Mostrando entradas de octubre, 2020

Golem

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Mas La Plana, Santa Maria d'Oló (Barcelona), octubre 2020   Quisiera construir mi propio golem para que me acompañe a todas partes, para que me apoye en mis horas bajas, para mimarlo esté yo como esté. Quisiera modelar mi propio golem con sonrisas de las que iluminan el día, con asertividad de la que hace creer, con esa bondad que vale la pena sembrar. Quisiera dar forma a mi propio golem con ojos brillantes de mirada limpia rebosantes de amor y respeto, aunque con una chispa de picardía para que sigan siendo humanos. Y, por encima de todo, al fin y al cabo quisiera que mi propio golem sea quien quiera que le depare el destino, siempre que la felicidad y la bondad continúen incólumes en su vida. Ahora que ya sé cómo será mi golem, deseo desde el fondo de mi alma que nunca nos veamos obligados a optar por caminos divergentes.

Un nuevo amanecer

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Puçol (València), octubre 2020 Píntame con los colores de la mar, con el suave azul de la brisa, con el verdiazul del agua salada. Háblame con sonidos pacíficos, con la voz de las olas, la caricia del viento, con el calor reparador de tu textura. Deja que respire el nuevo día, que remolonee en el bosque, que me deje llevar por la vida, disfrutar del canto de las aves. Llévame en tus alas, acógeme en tus brazos: Permite que sea mi mejor versión, solo déjame que respire y que ame.

Abrumado

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Platja de Puçol (València), octubre 2020   Me ahogo en un mar de incertidumbre, en un océano de soledad. Mareado en hondas aguas que superan mis fuerzas, que me impiden moverme, que me alejan de lugares que sé que son míos. Abrumado también por la rapidez del paso de los días, por los ánimos siempre cambiantes, por la soledad que anega mi tiempo en la tierra. A la deriva, anhelo encontrar la manera de recuperar un cierto control, sobre mis emociones desbocadas, sobre la velocidad del caos. Anhelo la paz de un mar en calma, de un puerto seguro en esta tempestad pasajera. Abrumado, aunque aún en pie, avanzando a pesar de todo, caminando con paso firme día a día un poco más allá.

Mirando las olas

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Puçol (València), diciembre 2019 Mirando las olas batir incansables la arena, la orilla, remover el fondo, arrullar la playa, veo como en espejo mi paso por la vida: la arena es mi alma, el agua mis pruebas. Removido, desgastado, perdido dentro del agua, encontrándome de nuevo en el fresco aire limpio acogido en la orilla. No cesa el vaivén, no para el mundo, constante, mientras respire, en vida y aprendizaje. Ya en la meta podré al fin reconocer que el batir tenaz de destino y de vida hicieron perfecta la senda que me sacó de aquí, que me llevó a saber.