José-Antonio Calañas Continente | Escritura Creativa

Mas La Plana, Santa Maria d'Oló (Barcelona) Esperar, ejercicio de paciencia. No apresurarse, no hacer nada. Convivir con el humor discutible de un destino que da energía, inquietud, ansia de cambio… y exige calma. Estar sin hacer. Vivir sin moverse. Esperar infinito.

Hoguera en Mas La Plana, Santa Maria d'Oló (Barcelona), marzo de 2017 En torno al fuego, en anillo infinito, los sabios de la tribu se congregan reverentes y rinden pleitesía a lo atávico que los une. Cada giro, cada salto, da cuerpo al aparente caos, torbellino de miembros en acción, armonía profunda, instinto vital, energía que fluye vivaz de danzantes a fuego, de fuego a danzantes. En coro tribal alrededor de la pira sagrada, las almas agradecidas reconocen los dones que concede el corazón brillante de la Tierra. Revolución en movimiento, fervorosa donación a la estirpe, que ígnea restaña y refulge, pródiga regala y protege, indómita destruye y crea. Memoria de noches oscuras henchidas de fulgor y brillo graba indeleble el fuego en la oscuridad deslumbrante. La impronta de la belleza flamígera en los sabios que danzan devotos deviene en impulso incontenible, profunda mirada de ceguera física que trae consigo la fe

Ares del Maestrat (Castelló), mayo de 2005 Principio y fin, alfa y omega refulgen fugaces, movimiento contrapuesto, imparable, de vuelta cada poco al mismo punto. Alfa y omega, principio y fin se escinden de nuevo tras el fulgor de la unión y continúan impertérritos sus caminos divergentes. Alfa y principio, omega y fin se reencuentran otra vez, vuelven a un origen-meta paradoja e imagen de eterno retorno. Alfa y fin, omega y principio en bucle infinito, espiral poliédrica intangible que aúna miríadas de facetas y conforma paisajes vitales. Principio y omega, fin y alfa, dos que son uno que es todo, armonía de avance estático gracias a todo, a pesar de nada.