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Mostrando entradas de julio, 2018

Mirada

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Atardecer en la Marina Real. Valencia, julio 2018 Mirada limpia, brillante Pensamiento positivo, puro Aire liviano, vivificante Tristeza al acecho. Respiración profunda, lenta Ojos cerrados, luminosos Mirando al vacío interior El tiempo parece dormido. Vacío interior lento se llena con la luz de lo vivido y de lo que queda por vivir. De nuevo en marcha, liberado, positivo, triste… Vivo. Mirada limpia. Futuro anhelado. Presente continuo.

En mi escritorio

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Amanecer desde mi escritorio en casa. Valencia, julio 2018 Sentado en mi escritorio, contemplando el espacio, pensando en deber y obligación, incubando ideas y acción. Sigue la vida su curso impasible, la felicidad se amaga por el camino. Viviendo amorosamente cada momento, viviendo amorosamente la vida que surge. Haciendo planes aleatorios, dejando la vida fluir, aceptando que el destino se deforma formando, aun así, mi sino sin reproches. De vuelta al mundo de los vivos, disfrutando la vida como es, tan plena, tan llena, que ni la llegas a reconocer. Inhalando el aire de vida incipiente, renaciendo incólume cada día, nadando en la alegría vital, disfrutando la búsqueda del edén. Gana terreno el sueño, sentidos antes alerta se aletargan sin agostar. Disfrutando la vida en mí, aunque también la de todo y todos. Aceptando la vida tal como es, viviendo la vida tal como viene a mí.

No me hables

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Mas La Plana, Santa Maria d'Oló (Barcelona), marzo 2017 No me hables de grandes dioses implacables desde su atalaya, ni de dioses pequeños inanes ante el mundo. Háblame de ese dios que habita en la mirada, el que llena mis días de paz y concordia. Háblame con voz queda de ese dios susurrante que se sienta a mi lado y me acompaña cada día. Háblame de ese dios peregrino que me sonríe cuando viajo sin más equipaje que mi cuaderno de memorias, sin más herramientas que las del alma curiosa. Háblame de ese dios que descubro en las huellas grabadas por la roca en las manos del peregrino cuando escala montañas para otear el destino. Háblame desde el corazón de ese dios que ilumina el mundo compartiendo la alegría de ver desde la meta de hoy el camino de mañana. No me hables de dioses, háblame de amor, de luz, de alegría, de espíritus indómitos, de bondad y generosidad. Háblame, en suma, del dios de mis padres, del dios de mis maestr