Y pasó...

Lakeshrine, Pacific Pallisades (California, EE.UU.), enero 2018

Y pasó el río rojo que limpia y despeja,
que prepara el cauce para aún más vida
desde las raíces más profundas,
desde la experiencia del camino
hacia la luz del hoy expectante.

Y pasó el río rojo que limpia y despeja:
se llevó piedras, cauterizó heridas,
abrió la mirada a nuevos retos,
abrió camino para sanar iras antiguas,
abrió la puerta al brillo luminoso.

Y pasó el río rojo que limpia:
se transformó en agua cristalina
que nutre el amor incondicional,
que sella de nuevo el compromiso
con los caminos de la vida del alma.

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