Nubes

El Rhin a su paso por Koblenz

Arremolinándose armoniosas
en torres y trenzas,
en cúmulos inmensos,
anunciadas por el Sol,
mecidas por el viento.
Desgajando el azul,
irisando el aire,
templando el día,
acerando la noche.
Testigos del eterno retorno,
maestras del círculo infinito,
del devenir perpetuo
que oscila
entre comienzo y final,
entre final y comienzo.

Vuelan, se elevan,
se precipitan,
crean vida nueva
y así se vuelven a elevar.
Una y otra vez.
Otra vez y una.
Siempre.

Comentarios

  1. Gracias José Antonio. Noto que has sucumbido al encanto que "el tiempo" tiene. Hermosas letras para admirar, con serenidad, el otoño, Un saludo, Manolo

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  2. Que la inspiración llegue una y otra vez a tí
    Y así a mí tus versos.
    GRACIAS!!!

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