Pensando

Mihrab, Mezquita de Córdoba, noviembre 2012

 

Me pregunto imparable,

aun sabiendo que no hay respuesta,

que la pregunta no es para mí:

busco, simplemente, apaciguar

un desasosiego que me desborda.


Más preguntas:

¿No era capítulo ya cerrado?

¿Por qué volver, aún hoy,

a un dolor impasible

que deja huella indeleble?


Me duele la consciencia

de un sueño que terminó,

pero al que me aferro a veces,

un sueño en apariencia compartido

que fue de soñador solitario.


Me duele la memoria de lo que fue

y la de lo que podría haber sido:

me duele despertar de un sueño

que creí real.


Me duelen las horas de soledad en vigilia,

las horas de compañía en sueños,

las veces que despierto desolado.


Me duele la memoria de un destino

compartido y perdido sin remedio.


Me duele la soledad necesaria

para restañar heridas,

para sanar memoria y vida.


Y entre preguntas, memorias, dolor

me cuestiono si tendré fuerzas

para romper este ciclo,

para afrontar esta vigilia

sin más compañía

en la oscuridad de la noche

que mis abismos interiores

y mis palabras.


Comentarios

  1. El eterno retorno de los abismos....la fuerza infinita para enfrentarlos....la luz y la fuerza reparadora....

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  2. Muchas gracias por tanta belleza compartida.

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