Mediterráneo

 

Mediterráneo, Puçol (València), noviembre 2020

Ojos cerrados,
flotando en el mar.
Acariciado por las olas,
el agua amortigua
el ruido constante
fuera y dentro de mí.

Ojos cerrados,
ingrávido en las olas.
Descansa el cuerpo,
tras los párpados
los ojos juegan
con las huellas del sol.

Dueño de mi destino
me dejo llevar
sin forzar el timón.

En brazos del mar,
en paz fuera y dentro,
me entrego al viaje
hacia una meta incierta.

En la calma del Mediterráneo,
la sencillez de los días
me llevará donde toque
para poder allí estar, ser
y vivir en plenitud feliz.


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