Ícaro

Valencia, marzo de 2018


Laberinto vital,
caminar sereno
buscando el cielo
en lo efímero y fugaz.
Desazón en la ruta,
varado en la tierra
buscando dentro
la fuerza motriz.
Pensamientos de luz,
energía inmanente
surgida de lo efímero,
mirada que se eleva.
Algoritmo que enlaza
materia y alma,
realidad y emoción,
tierra y cielo.
Alquimia sutil
del sabor de la vida
en el tránsito del alma
por tierras de materia.
Disfrutar
el encuentro preciado
al salir del laberinto
con sabor a vida en los labios,
volando en las alas de la Luz.

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