Respiro


El estupor que atenazó tu alma
se disipa con la palabra.
Fluye la tinta,
vuela el papel.
El verbo sereno
sutura la herida,
restaña el corazón.
La cicatriz
deviene en surco
donde sembrar de nuevo
simiente de esperanza,
promesa de amor,
anuncio de dolor
que llegará.

O quizá no.

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