Elena Gastón Nicolás (2016): "Estribirlla y Subordán. El Gong y el Hang" Serie Post Nebula Phoebus II (El Camino del Guerrero) 146x97 cm, técnica mixta. Frente a frente, verdes nuevos contemplan verdes maduros. La frescura de la juventud enfrentada, aparentemente, a la serenidad de la experiencia. El río de la vida baja en tropel, torrente imparable que separa a los contendientes sin deshacer su unión. Las rocas del farallón anclan ambos verdes a sus respectivas orillas, campos de sinople ligados por el torbellino albo que acuartela el blasón. Paisaje de montaña, metáfora de vida, arte en contienda, reflejo del paso estable y dinámico a la vez de los hombres por sus vidas.
Atardecer en Valencia, enero de 2017 En torno a mí, inexpugnable, erigiré el muro de mi soledad. El vacío que hiela el ánimo no podrá así dañar mis alas. El frío de la clausura será compañero fiel en la senda que aún ha de ser recorrida. La soledad, temida y anhelada, será para el doliente tierra feraz. Solo dentro de sus muros, protegido de dardos y llamas, viviré unido por siempre a la tristeza.
Geiranger (Noruega), agosto 2015 ¿Conoces ese éter que velado, amable rellena incluso el más pequeño de los espacios entre todo y todos? ¿Esa materia sublime que sin pretensiones conecta, une, cohesiona lo ínfimo y lo inmenso, lo excelso y lo grotesco? Esa argamasa que humilde y discreta convierte todas las cosas y todos los seres en un todo hermoso y armónico, eso es Poesía.
Una sombra donde no debía descoloca toda tu vida: Nada sirve, nada es, nada se siente como solía. Sin saber por qué, vas renunciando a ti, a tu cuerpo convertido en un extraño que, a la vez, se rebela y se revela. El nuevo extraño abandona el camino que tú le marcaste y comienzas, valiente, la reconquista de tu destino. Te desprendes de la coraza, te abandonas a la destrucción consciente del fárrago que te lastra, a la aniquilación amorosa del mal que, cruel, cercena tus alas. Renuncias a tus rutinas, reconoces los errores anteriores y, fuerte, retomas tu poder. Te desprendes de parte de tu corporeidad, de parte de tu control, te haces vulnerable y, en oxímoron enigmático, también más y más fuerte. Eres uno de esos luchadores valientes, dispuestos a plantar cara a un destino ajeno, imagen viva de energía creadora de un futuro mágico desde el regalo que nos da cada día.
Barranco del Puig, Puçol (València), abril 2020 Aprendí a caminar, a hablar, a jugar con otros, a ser feliz en la sencillez. Aprendí a leer, a escribir, a guardar en la mente, a crecer. Aprendí a competir con el tiempo, a conquistar mis miedos, a compartir. Aprendí a amar, a perder, a dar sin esperar, a vivir. Aprendí a vivir deprisa, a seguir sin pausas, a hacer, hacer, hacer. Ahora aprendo a estar conmigo, a darme tiempo a crecer solo por dentro. Aprendo a seguir el ritmo del aire, a latir con el mar, a parar. Aprendo a caminar pausado, a disfrutar la brisa, a ser calma. Aprendo a darme tiempo y espacio, a disfrutar el silencio, a vivir sin prisa. Aprendo en este ritmo nuevo a ser más completo, a ser con más luz y menos prisa, a ser feliz en la sencillez de los días.
Zarpando desde la Marina Real de València, julio 2018 En tiempo pretérito reflexioné sobre el futuro simple que aguarda a la vuelta de la esquina. De imperfecto e indefinido casi sin esfuerzo llegué al pretérito perfecto y, pensando en el anterior, aterricé plácido en el pluscuamperfecto. Y volví a reflexionar sobre qué hacer para convertir en perfecto mi futuro simple. Revisé diligente el inventario del paradigma temporal y vi, sorprendido, la ruta ante mí: Para llegar al futuro perfecto solo se necesita prestar atención a ese tiempo tan cotidiano que, a fuerza de pensar en imperfectos, indefinidos, anteriores, pluscuamperfectos y futuros, se nos escurre entre los dedos. Toca, pues, una vez más, asir el presente continuo con manos esperanzadas que, por un lado, nos anclan al pasado y, por otro, nos tienden puentes desde aquí y ahora a ese futuro perfecto anhelado.
Mas La Plana, Santa Maria d'Oló (Barcelona), marzo 2017 No me hables de grandes dioses implacables desde su atalaya, ni de dioses pequeños inanes ante el mundo. Háblame de ese dios que habita en la mirada, el que llena mis días de paz y concordia. Háblame con voz queda de ese dios susurrante que se sienta a mi lado y me acompaña cada día. Háblame de ese dios peregrino que me sonríe cuando viajo sin más equipaje que mi cuaderno de memorias, sin más herramientas que las del alma curiosa. Háblame de ese dios que descubro en las huellas grabadas por la roca en las manos del peregrino cuando escala montañas para otear el destino. Háblame desde el corazón de ese dios que ilumina el mundo compartiendo la alegría de ver desde la meta de hoy el camino de mañana. No me hables de dioses, háblame de amor, de luz, de alegría, de espíritus indómitos, de bondad y generosidad. Háblame, en suma, del dios de mis padres, del dios de mis maestr...
Lago de Cospuden, Markkleeberg (Sachsen, Alemania), julio 2013 Todo está bien. Todo es fácil. ¿Por qué entonces este dolor? ¿Por qué, si todo está bien, duele tanto respirar, duele tanto caminar? ¿Por qué, si todo es fácil, cuesta tanto respirar, cuesta tanto aceptar? Si todo es fácil, ¿por qué me ahogo en mi propio llanto? ¿Por qué, si todo es fácil, lo más simple anega el alma? La paz espejada del lago no es más que un espejismo. La superficie brillante, armónica esconde el fango más denso tupido de emociones que, en su día, me superaron. Y el espejismo continúa. La calma de la superficie transmite una paz inexistente. Buscada, anhelada, sí, pero lejana. Desde el espejismo consciente transmito una calma que añoro y me siento como fraude vacuo, acuoso como las emociones que quedaros enquistadas en la profunda ciénaga del afluente estigio. The Lake Everything is all right, everything is easy. Why then this pain? Wh...
En el silencio atronador fructifica el peregrino en su senda. En el silencio atronador florece la vida en su belleza. En el silencio atronador celebra el caminante su meta. En el silencio atronador es donde mejor se escucha la voz del Alma.
L'Alcúdia (València), agosto 2023 El Mediterráneo, hoy echa de menos una sonrisa, una mirada, un cómplice. La luz clara de agosto parece hoy más tenue, de repente, más fría. La gélida luz de un agosto tórrido trae consigo recuerdos de playa, de viajes, de música, de risas. En este día de despedida, saludo a los recuerdos que siguen vivos en un corazón, que late y duele. Adiós, amigo, buen camino: la llama de amistad interrumpida seguirá viva en mi memoria.
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Molt bonic el poema i també fotografia
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