Puerto de Helsinki (Finlandia), mayo 2009 En medio de la calma, rola el viento, arrecia la galerna, la travesía deviene reto, exige mano firme que mantenga timón y rumbo en el lugar que les corresponde. La intensidad aumenta, la energía se desvanece, el esfuerzo fluctúa, las fuerzas flaquean; aun así, barco y timonel ponen proa al viento y mantienen su curso. Así también yo, entre vientos cambiantes, en vez de empecinarme en patrones antiguos, a pesar de dudas y desesperanzas, miro el mar desde la cofa y, flexible, consigo anclarme en mi norte, mi sur, mi este y mi oeste para retomar desde el dolor infligido por la tempestad la fe en mi destino. Señores de las galernas, vapulead, si queréis, mi nave, no importa. Maderas y taquelaje son flexibles, se adaptan, y así, barco y patrón gobernarán para que la meta no se pierda en el horizonte, para que el centro siga donde debe. La calma llegará cuando tenga que ser y me e...