José-Antonio Calañas Continente | Escritura Creativa

Mas La Plana, Santa Maria d'Oló, julio 2017 Sentado a orillas del lago, desenmarañando el ovillo, devolviendo a la unicidad los hilos de aquella tupida malla tejida por las Parcas. Hilos dorados, ovillados por la vida, por el batir de olas que una vez coincidieron en el tiempo y el espacio. Sentado a orillas del lago, dedos hábiles, paciencia infinita, desanudando apegos, desenmarañando destinos, devolviendo su hilo a cada peregrino ante su travesía con Caronte. Paisaje estigio, madejas brillantes volviendo a ser hilos argénteos en manos menudas de almas ilusionadas.

Mas La Plana, mayo 2017. Santa Maria d'Oló (Bagès, Barcelona) ¿Quién soy? Pregunta sencilla, respuesta automática: Yo. Repregunta: ¿Quién es ese “Yo”? Y la respuesta evade las palabras, elude hasta el pensamiento. Soy filólogo, traductor, profesor; soy hijo, hermano, padre; soy hombre, persona, alma. Palabras grandilocuentes, polisílabos engañosos que, en el fondo, solo escudan a alguien que juega con palabras y sonidos. Alguien que crea pequeños universos en los que, grácil y leve, vuela el alma sin constricciones, feliz.

Llocnou d'en Fenollet (València), julio 2017 Se piensa que escribir es fácil, que no cuesta dejar que las palabras descarnen el tronco, que las ramas se balanceen ingrávidas en la tormenta de los días. Ingenuos, ignoran que más allá de las palabras, antes de la idea más sutil, hubo un abismo que salvar, un Everest que escalar, incluso un iceberg al que domar para que flotara gentil. Si supieran de la felicidad que mueve al rapsoda, del poder que tiene el poeta para transformar con palabras… Si supieran de la embriaguez que emana de saber tornar en luz brillante la más densa oscuridad… Sabrían entonces que no es posible brillar sin las lágrimas de un corazón que se obstina en ser luz mientras el destino se empecina en confinarlo a las tinieblas.