José-Antonio Calañas Continente | Escritura Creativa

En el silencio atronador       fructifica el peregrino en su senda. En el silencio atronador       florece la vida en su belleza. En el silencio atronador       celebra el caminante su meta. En el silencio atronador       es donde mejor se escucha       la voz del Alma.

GRITO no con la voz, no con gestos, no con llanto. GRITO con la mirada, inmóvil, inane, desde dentro. GRITO desde la impotencia nacida de la acción correcta; desde el estupor oriundo del mundo alejado del Alma. GRITO en silencio, para conjurar renovación y aire nuevo. GRITO mudo para que el aire que soporta mis alas me lleve al horizonte del Amanecer.

Paisajes familiares, sosiego uniforme que da forma a los días. Hitos conocidos que dan seguridad, que nos permiten progresar. Cotidianidad denostada, poco se valora tu poder para crear entornos presuntamente hogareños en los que el peligro no existe. No sufras, rutina, pues creo haber vislumbrado al fin tu juego virtuoso. La seguridad en los pasos imprescindibles es la llave del universo en expansión que me habita. Solo desde la rutina llego a la consciencia que activa creatividad y fértil caos. Bienvenida, rutina, acompáñame en esta singladura.